¿Desde qué emoción estás hablando?

 

 

Estoy cruzando la calle con mi hijo de cinco años, él se suelta de mi mano y corre para cruzar. Yo me molesto y le digo gritando: “Caramba, no te sueltes, te pueden atropellar”.  Él se pone a llorar y yo me quedo molesta. El momento se estropeo.

Pero en realidad, más que ira lo que tengo es miedo, miedo de que a mi hijo le pase algo y la ira, es lo primero que noto, porque es menos incómodo sentir irá, que miedo; ya que la ira nos vuelve poderosos; mientras el que el miedo nos vuelve vulnerables.

En cambio, si yo reconozco mi miedo y hablo desde ahí, el mensaje sería algo así: “Hijito, no te sueltes de mí, cuando crucemos la calle, te podría pasar algo. Y yo, no sé qué haría si algo te pasa, porque que te quiero mucho”. El momento seguiría siendo bonito y el mensaje claro, para que el niño entienda y me haga caso.

Situaciones como ésta suceden en todas las interacciones: aparece una emoción que nos genera vulnerabilidad, como: miedo o tristeza. Para aminorar la incomodidad producida por ésta emoción, aparece una emoción secundaria, normalmente irá o cólera, etc.

Sabemos que es emoción secundaria, porque sí la primera emoción se corrige, la secundaria desaparece. Es decir, si no tuviera miedo de que le pase algo a mi hijo al cruzar la calle, no me molestaría que se suelte de mi mano y salga corriendo.

Otro ejemplo: Si mi pareja está muy atento, con otra chica, siento cólera, pero en realidad lo que tengo es miedo de que ya no me quiera a mí, y prefiera a otra chica. Si me estoy cuadrando y el guardián me dice: “Ahí no se puede cuadrar”, siento cólera, para cubrir la pena de pensar que tengo que seguir buscando estacionamiento.

Inoportunamente, la mayoría de personas nos comunicamos desde la emoción secundaria: la ira o cólera. Entonces le digo al guardián: “¿Y dónde quiere que me estacione, en el cielo?”,como estoy hablando desde la cólera, él se protege, se cierra y no me ayuda y yo tengo que seguir buscando estacionamiento.

Hablar desde mi emoción primaria, me permite conectarme rápidamente con las otras personas, explicar lo que siento y hacer que empaticen conmigo. Lo que la mayoría de veces, me permitirá contar con su apoyo y sobretodo evitar malos momentos innecesarios.

Foto por: London Scout on Unsplash

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